La identidad visual de tu marca: desarrollo de una paleta de diseño de marca

Nuestra marca es algo que debe definir nuestro proyecto y a nosotras mismas. Ahora que ya hemos aprendido a qué hace referencia el concepto de marca en sí y cómo podemos crear una promesa de marca que sea coherente con nuestra identidad y nuestro propósito, es imprescindible saber cómo comunicarla. Por ello debemos trabajar la identidad visual de tu marca.

Cuando pienses en la identidad visual de tu marca debes tener en cuenta que vas a estar comunicando en todo momento: antes de la venta, durante la venta y después de la venta. Es decir, cuando lleguen a tu tienda, cuando estén valorando tus productos y cuando lo reciban. Es por eso que es importante que tengas presentes estas fases y así puedas dar una imagen de unidad y coherencia. Recuerda que lo que queremos es que nuestro cliente tenga una experiencia que vaya en comunión con nuestros propósitos y los valores que defendemos.

Yo quiero que cuando mis clientas lleguen a la página de mi marca, Mimètik Bcn, sientan esa vibe bohemia, rústica y romántica que caracteriza los diseños de mis vestidos de novia. Y sobre todo quiero que se sientan acompañadas. Escoger un vestido de novia es siempre una tarea difícil, ¡te puedes imaginar la dificultad extra si se trata de una compra online! Es por eso que toda la identidad visual de mi marca está enfocada a que cuando lleguen a mi tienda se sientan cómodas y arropadas desde el minuto cero, en un ambiente handmade, cercano, y sin presiones. Ejemplos de ello son los colores cálidos que me gusta tener como protagonista, la atmósfera etérea y romántica que acompaña a mis fotos, y la comunicación personal y fluida que me encanta mantener con mis clientas, entre otros muchos aspectos.

¿Qué es y por qué necesitamos una identidad visual?

La identidad visual de una marca va desde la paleta de colores que escojas, hasta el tipo de fotografía que podrá ver tu cliente en tu tienda, pasando por detalles como la tipografía con la que realizarás tus comunicaciones. Por tanto, también tendrá relación con cuestiones más obvias y que ocuparán un primer plano más protagonista de tu tienda, como tu logo o icono de tienda.

Es decir, lo que consiga tu identidad visual será la primera impresión que se llevarán tus posibles clientes de ti. Y es por eso que debes cuidarla al máximo, trabajarla como un aspecto más de tu tienda, y no dejarla al azar o ir improvisando sobre la marcha.

“Las decisiones que tomes en torno a tu identidad visual dan forma a las asociaciones que hacen las personas cuando interactúan con tu negocio.”

De forma similar a cómo tu promesa de marca crea una base para dar vida y personalidad a tu marca, definir una paleta cromática funda una guía de referencia para materiales e imágenes, ya sean digitales e impresas, que necesita tu negocio: logotipo, tarjetas de visita, packaging, carteles, fotos de producto…

Cuando marcas estas directrices estéticas de forma clara, te aseguras de que vayan en sintonía y tengan como hilo conductor tu promesa de marca. Esto te ayudará a ilustrar la personalidad y los valores de tu tienda. Así, podrás conectar con tu mercado objetivo y asegurar una experiencia más satisfactoria, tanto para ellos como compradores, como para ti como vendedora.

Pero, ¡no te asustes! No estamos hablando de que ahora mismo debas tomar una decisión inamovible sobre el aspecto visual de tu marca. Del mismo modo que la promesa de tu marca puede cambiar e ir mutando a través del tiempo, la paleta de colores que escojas tampoco será algo definitivo y que esté totalmente prohibido modificar. Lo importante es que intentes afinar al máximo posible y que siempre se rija por la historia que quieres que cuente tu negocio y el estilo que quieres transmitir a tu mercado objetivo. Piensa, por ejemplo, en las palabras que usaste para definir tu marca. Eso te dará una pista de por dónde empezar.

Cómo influye el color en tu identidad de marca

Teniendo la esencia de tu marca clara, es importante que sepas que hay toda una teoría alrededor del color que permitirá que tu marca empiece a hablar sin necesitar palabras. La teoría del color es algo muy extenso y que podría dar para un post en sí mismo, pero me gustaría que conocieras cuatro pinceladas sobre el análisis de los colores para que puedas entenderlos y así enfocar tus intenciones y tener una idea aproximada.

El rojo se asocia con el peligro, la emoción y la energía. También es el color del amor y la pasión.

El rosa se suele interpretar como lo femenino, y es sentimental y romántico. Otros tonos, como el fucsia, también pueden leerse como juvenil y atrevido.

El naranja se considera fresco y lleno de vitalidad. También es creativo, aventurero y está asociado con ser rentable.

El amarillo significa optimismo. Se asocia con ser juguetón y feliz.

El verde es naturaleza, por lo que muchas veces se usa para hablar de sostenibilidad. Además también puede alinearse con el prestigio y la riqueza.

El azul sirve para hablar de confianza y fiabilidad, así como para hablar de calma.

El morado se asocia con la realeza y majestuosidad, así como la espiritualidad y el misticismo.

El marrón es para aquello sensato, honesto, centrado y “con los pies en la tierra”, por lo que a menudo se usa para productos orgánicos y saludables.

El blanco representa la pureza. Además, transmite sencillez e inocencia, así como también sirve para dar un toque minimalista.

El negro es a la vez sofisticado y elegante. Y puede ser usado para aquello formal y lujoso.

Ahora que ya conoces los significados que se le dan a los colores, piensa en los tonos y las combinaciones que reflejan bien la personalidad de tu marca. Te recomiendo que te centres en las asociaciones visuales positivas que puedes canalizar para captar la atención de tu mercado objetivo. Es decir, intenta crear un vínculo entre lo que tu marca quiere expresar y los colores que usas para conseguir comunicarlo.

La mayoría de marcas tiene más de un color. Aunque tu logo sea de un solo color, deberás escoger también colores complementarios que servirán de paleta corporativa y que te ayudarán a completar tu narrativa visual. Puedes pensar entre 2 y 5 colores complementarios, y recuerda que para ello también puedes escoger distintos tonos de un mismo color. Medítalo bien y escoge colores y tonos que creas que aportan de forma óptima y no recargante, y que sobre todo funcionan en armonía.
Sé que escoger una paleta de color corporativa puede ser algo complejo, así que te dejo por aquí la herramienta “generador de paletas de color” de Canva para que te ayude a definir los colores y te asegures de que funcionen bien juntos. Para utilizar la herramienta puedes subir una de tus fotos de producto favoritas y ver qué colores se extraen de ella. ¿Te cuadra con tu imagen de marca? ¡Genial! Ya tienes el primer paso.

Vamos a poner un ejemplo: Quizás vendas algún tipo de producto natural, orgánico y sostenible. Así que es posible que tu primer pensamiento sea apostar por el color verde, y está genial que lo escojas como color principal. Recuerda que hemos dicho que necesitarás más colores, así que es posible que el marrón sea una buena opción complementaria, ya que también nos transmite esta sensación de “tierra” y todo lo orgánico. También puedes no quedarte solo ahí y pensar en otros rasgos de personalidad de tu marca. ¿Es una marca con la que quieres transmitir optimismo y felicidad? Pues unos tonos de amarillo es posible que te favorezcan mucho también como complementario.

La tipografía también define tu identidad

Del mismo modo que el color, las tipografías que escojas para comunicar tu marca también tendrán un importante peso visual. Tienes que pensar que el objetivo principal de una buena tipografía es que la comunicación sea fundamentalmente clara y vaya reforzada visualmente por combinaciones tipográficas que reflejen tu personalidad de marca de forma coherente. Es decir, queremos que la tipografía nos ayude a construir una identidad completa y que todo nos lleve de forma coherente al mismo punto.

Lo primero que debes saber es la diferencia entre las fuentes Serif (con serifa) y las Sans Serif (sin serifa). Las serifas son unos pequeños trazos que podemos ver en las letras y que dan la sensación de “unión” entre letra y letra. Es una herencia de las antiguas formas de escritura, como plumas o pinceles, que dejaban estas pequeñas marcas al escribir.

A menudo, la tipografía de una marca responde a la “actitud” que quiere mostrar. Las fuentes Serif se suelen asociar a algo clásico pero también pueden significar elegancia. Son fáciles de leer, y se pueden encontrar desde bufetes de abogados a marcas de ropa y belleza en general. Ejemplos son las fuentes Times New Roman o Baskerville. Por otro lado, las fuentes Sans Serif suelen asociarse con algo más moderno y dinámico, y muchas veces se relacionan más con el mundo online. Por ejemplo, Arial o Helvética.

Pero no solo existen esos dos grandes bloques de fuentes tipográficas. Hoy en día también hay otras tipologías que pueden ser interesantes para tu negocio por su estilo implícito o sus florituras. Otra tipología que te puede parecer interesante son las Rounded, de carácter amable y ligero. Son geniales para productos infantiles o que quieras hacer parecer cercanos. Un ejemplo es la Comfortaa, y en muchas ocasiones se usa únicamente en minúscula. Al contrario que las Rounded, las tipografías Condensed suelen usarse enteramente en mayúsculas y algo más separadas. Son tipografías que buscan un aspecto actual pero quieren mantener cierta elegancia. Ejemplo de ello es la Oswald.

Las tipologías Script tienen ligaduras entre letras, es decir, simulan el efecto de “escrito a mano”, es por eso que es una de las más usadas dentro del mundo handmade. Quieren dar la sensación de ser proyectos elaborados, con una historia detrás, pero ¡cuidado! Normalmente tienen una legibilidad más baja, por lo que es importante combinarla adecuadamente. Un ejemplo es la Brittany o la Parisienne. Por último están las Display, que intentan ser más “artísticas” y “creativas”. Pueden ser interesantes, pero suelen ser de mala calidad y pueden aportar una idea de poca profesionalidad a tu tienda, así que ten cuidado. Un ejemplo de ello es la Griffy.

Recuerda que, de forma parecida a la paleta de colores que has elegido, las fuentes que uses sirven también para reforzar el tono de tu marca. Mientras exploras las opciones, piensa en qué canales y soportes van a aparecer esas combinaciones tipográficas, incluyendo tu logotipo, el embalaje de tus productos, los materiales de marketing, tu sitio web, etc.

Y si te sientes un poco perdida en este inmenso mundo de las tipografías, te dejo por aquí un recurso que te será súper útil. Se trata de unas recomendaciones que te da Canva para que crees combinaciones de tipografías interesantes. Porque recuerda que aunque escojas una tipografía principal, vas a necesitar otras que te sirvan de apoyo para lograr una imagen completa y profesional.

La fotografía y la identidad visual de tu marca

Evidentemente, el tercer elemento con el que deberás definir la identidad visual de tu marca es la fotografía. Tengo algún post en el blog sobre fotografía de producto y algunos tips que seguro que te servirán, y es posible que haya algún otro post más específico, pero me gustaría darte algunas indicaciones para que puedas cohesionar el estilo de tus fotos con el concepto de identidad visual de marca que hemos estado trabajando.

Cuando un posible comprador llegue a tus productos, hará suposiciones sobre tu proyecto según lo que vayan a ver en las fotos y qué les transmitan estas. Es por eso que es muy importante que tus imágenes reflejen la identidad que quieras dar a conocer de tu marca.

Las fotografías deberían transmitir tu paleta de colores y estética de estilo mediante fondos cohesivos, un atrezo cuidado e imágenes nítidas y de alta calidad. Así podrás enviar un mensaje claro y una comunicación coherente. Recuerda tener en cuenta que un producto poco iluminado o desenfocado no sirve de mucho para ilustrar la calidad y el cuidado que inviertes en tu negocio, así que estoy segura de que querrás trabajar bien tus fotografías para evitarlo.

No es necesario que el fondo y el atrezo de tus fotos sea el mismo en cada imagen, de hecho muchas veces hemos hablado de tener decoración o composiciones de imagen distintas dependiendo de las temporadas de venta. Eso sí, procura darle un aspecto uniforme y complementario mediante temas y tonos similares. Para conseguirlo, tu paleta de colores te ayudará un montón. Veamos un ejemplo:

Cuando veo esta imagen de producto me vienen dos palabras claras a la mente: artesanal y natural. En la imagen vemos un jabón que parece hecho a mano y con ingredientes orgánicos. La imagen desprende pureza por su fondo blanco, pero también naturaleza, ecología y optimismo por los tonos tierra (verdes, marrones, amarillos). Del mismo modo, el rosa nos puede hablar de algo delicado como puede ser la higiene personal. También el atrezzo colabora, mostrándonos lo que parece una madeja de hilo de esparto y algunas plantas. Como ves, toda la imagen creada en esta fotografía ayuda a reforzar la idea de una marca artesanal a la que le importa el bienestar de su cliente y de la naturaleza.

¡Súper! Tu identidad visual empieza a florecer

Como has podido ver, aspectos como los colores, las tipografías y la fotografía que escojas para representar tu marca definirán tu personalidad y el tono de la historia que, junto a tu promesa de marca, llegará a tus clientes. Ten presente que una historia en sí es importante, pero también debes saber cómo comunicarla.

En futuros posts hablaremos sobre cómo aplicar todo esto que hemos aprendido a aspectos más concretos de tu proyecto, tanto en elementos digitales como puede ser el banner de tu tienda y tus redes sociales hasta tu packaging y otros elementos complementarios de márketing. ¡No olvides suscribirte para estar al día de todos los contenidos!

Y para poder tener súper presente todo lo que hemos aprendido en el post de hoy, recuerda descargarte la infografía que acompaña este post con todos los contenidos resumidos.

¿Lista para hacer que todos conozcan la identidad visual de tu marca? ¡A por todas!

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